1986

AL MEDIODÍA

Al mediodía, ni más ni menos, tomarás una mano de mi tierra soleada.
La colocarás dentro de una botija de Celia Clergue o Silvia Rojo.

A la medianoche, una mano de sal del Epecuén con manos recién lavadas.
La unirás a la tierra besadamente.

A la hora en que naciste, tantas hojas del Gran Eucalipto caídas como años tengas.
Con ellas y aguas de la última lluvia harás un cocimiento

mientras crece el caldén de la calle Calfucurá un dedo.
Durante 33 noches de luna llena y desnudo tomarás 33 gotas del brebaje.

¡Serás en Carhué eterno!
Es palabra de Masallé.



AMOR DE JOVEN

Amor de joven,
historia de un verano,
poema mío.

Poema mío
que en dos suspiros
se desvanece.

Se desvanece
por las calles
de un viejo Carhué.




LA SOLEDAD

La soledad es un cuarto
con una ventana pequeña y una reja en la ventana,

una puerta que, a fuerza de soledades,
apenas abre.

. . .

El cuarto tiene una silla
y una mesa,

una cama
y un amor (que ya no está) entre las sábanas.



¡AY!

¡Ay!,
cuánto más doloroso que recordar,

parpadeo tras parpadeo,
al finadito,

es
comprobar en el descanso

que,
bajo el sol por el camino,

se lo va de a pedacitos dejando.
Que es ley de la vida.



BAJO LA NOCHE FOGOSA

Bajo la noche fogosa,
rojos pedacitos

de sangre,
fuego y esas cosas,

rojos salían
de la pequeña rosa.

Secuaces iban:
dedos, respiros y esas cosas.



La luz de Luna lasciva,
bajo la noche fogosa,

sudor caliente iluminaba
y otras cosas…



BLANCA LA ENAGUA BLANCA

Blanca la enagua blanca sobre ti,
sal del Epecuén.

Olas de la orilla,
¡puntillas!

Leños ardiendo ¡exactos!,
fogatas del Masallé.

Chispas de mil caballos,
¡vasallos!

Mi proa se incendia,
¡naufraga!.

Entre los leños y la enagua blanca,
macho oscuro,

me enredo,
¡encallo!



CERO MÁS UNO (a la Escuela Pública)

Cero más uno, uno.
Seis más cinco, once. Me llevo uno.

Me he perdido maestro,
¿a dónde me llevo el uno?

Te llevas a ti mismo pequeño,
¡a un justo y bello orden superior!



¿CUÁL ERA SU VOZ? (a la niña wichís Camila Lucía Torres víctima, un 14 de julio de 2017, de las enfermedades de lxs empobrecidxs)

¿Cuál era su voz?
¿la de las piedritas en el camino pateadas?

¿Su risa?,
¿la del calorcito de sus sueños?,

¿los sueños de la miel recién recogida?
¿Cuántas risas tuvo en su pequeña vida?

¿Cuántas miradas distintas?
¿Cuántos latidos la gente le escuchó?

¿Cuál era su nombre wichís?,
¿de qué memorias de sus padres provenía?

¿Cuántos juegos jugó?
¿Y sus pies?, ¿iban descalzos?, ¿cubiertos?

¿En qué Gólgota le enterraron?
¿Qué tercer día le alzó Nilataj?



Dime,
hermana Ida.



DICEN QUE HAY

Dicen que hay cien mil millones de galaxias en las alturas:
de los Ojos, del Girasol, del Molinete, del Sombrero,…

y que hay cien mil millones de estrellas en cada una:
Canopus, Betelgeuse, Electra, Merope,…

Dicen que hay más,
¡impensablemente más!

Más de una para cada ser humano
y su mascota.

También para cada: elefante, pececito azul, verde y amarillo,
copetona, bichito de luz, rosal de Martí y ortiga,…

No son todas iguales:
las hay gigantes, amarillas como mi aromo de agosto  y otras agonizando.

Es la justicia de los cielos.
Porque sí.



DON MASALLÉ HIZO (I)

Don Masallé hizo, con su mejor tierra y del Epecuén su mejor agua,
todas las cosas.

Hizo:
- en su frente la salida del sol, la educación y el trabajo;

- en su espalda la oración, el sueño, el ocaso;
- con el caldén al Pueblo Bueno

- y en el centro de todas las cosas,
¡Carhué y la eternidad en su Plaza!



Del aljibe de un patio sola se hizo,
¡la limonera Luna blanca!



Post scriptum:
Más allá de Carhué, Don Masallé hizo otras cosas…



DON MASALLÉ HIZO (II)

- Don Masallé hizo el día y la noche:
el día con gatos naranjas y amarillos aromos

y los hizo con el material del Sol.
La noche, con una luna de agua de aljibe.

- Don Masallé hizo al hombre y a la mujer en la misma luna:
al hombre para ser uva de Racimo Malbec,

a la mujer, uva de Racimo Torrontés.
- Don Masallé hizo la vida y la muerte:

la vida para que hombres y mujeres, gatos y aromos la bailen, porque la vida es una música;
la muerte, para que descansen de tanto bailar.

- Don Masallé hizo a Carhué y demás ciudades:
a Carhué la puso en el centro, alrededor de la plaza que hizo con tierra de la Eternidad,

a las otras, fuera del centro,
donde quisieron.

- Don Masallé hizo más cosas. No todas.
No hizo individuos, no hizo guerras, no hizo agujeritos en la panza de los chicos,…

Tampoco las hace, ni las hará.
Don Masallé no es politiquero.



¿DÓNDE ESTÁ LA NIÑA? (a Jenny)

¿Dónde está la niña?
¡la niña pequeña!:

- ¿Está en la cocina
cerca de la leña?,

¡la leña que arde,
crepita y flamea!

- ¿O en aquel rincón
donde la Baya sueña?

- ¿Está en el jardín
jugando risueña?,

¡el de la acacia
sobre las violetas!.

¡Ay hermana!
¿dónde está la niña?:

- ¡Subida al aljibe,
buscando su estrella!



EL AROMO

El aromo ha empezado a florecer,
yo voy, 1950-2017, caminando por Carhué.

Amarillas las flores chiquitas,
yo voy bueno caminando por Carhué...



EL LAGO LOS MOJÓ DE A RATOS (los eucaliptos de Epecuén)

El lago los mojó de a ratos.
de a lunas,

de a olas y salitres,
¡una y otra ola!

Los mojó, entre pena y pena de viejos pobladores,
así.



Los desnudó luego en gajos,
en hojas,

en raíces, en olores,…
y dóciles se dejaron.

...

Algunos, no tan dóciles,
fueron trozados.



EL MAESTRO SABE DEL AULA

El maestro sabe del aula,
de la fábrica, el buen obrero,

del juego, el niño y su risa,
de madrugadas, el panadero.

El campesino, de lluvias malas,
del dolor, el fiel enfermero.

El pobre de mil pobrezas
más patadas en el trasero.

De monedas y despidos,
es experto el jornalero.



Yo, poeta chico de pueblo,
de Carhué y el verso ligero.



EL OTOÑO DEL 2005

El otoño del 2005 entró en Carhué:
- con sus hojas de fresno por las veredas,

- con aulas plenas de algarabía,
- con partidas finales: Juan Pablo II, María Inés Montenegro, el tío Rulo,

- con molestias viejas suavemente aumentadas,
que van exiliando imperceptiblemente al cuerpo.

Entró, así en mí,
el otoño del 2005.



Aguardo sobrio
el invierno.



EL POETA INSPIRADO

El poeta inspirado
¡escribe y escribe en la salada orilla!

Las enanas olas
¡borrando van y vienen la linda letrilla!

El poeta insiste.
¡Más aún las olas por la blanca arenilla!

¡Porfía el poeta!, ¡porfían las olas!
¡Dase en la playa franca rencilla!

El poeta desiste,
escribiendo en el aire su nueva letrilla.

. . .

¡Una gorda brisa espera impaciente
tras la deshecha y silenciosa villa!



EL POETA SE SIENTA

El poeta se sienta
y escribe.

Ha caminado más de medio siglo por 20 ó 30 calles.
Las conoce y las desconoce.

El bulevar, hacia el lago, ya no tiene eucaliptos.
La casa con aquella pequeña y bella escalinata de mármol la han demolido.

Ha caminado más de medio siglo entre cientos de personas e individuos.
Los conoce y los desconoce.

Aquellos jóvenes de 17 tienen hoy casi 50.
La señora que pasaba por la Yrigoyen ya no se ve.

El poeta sentado escribe. Relee el texto.
Mira su mano arrugada, la extiende.



El aromo en el fondo sigue floreciendo.
Los colibríes del próximo verano no serán los mismos.



EN EL FONDO EL AROMO CRECE

En el fondo el aromo crece,
por lo alto, ¡alto va!,

hijo de aquellos talados,
de alguna lluvia y la soledad.

Crece el aromo crece,
nadie siguiéndole va,

salvo Aylan en la luna,
el cielo negro y su vastedad.

En el fondo el aromo brota
¡brotándome con piedad!

¡Ay pequeño! ¡ay pequeño!:
¿a qué estrella nos llevará?



EN LA CASA AZUL (a Frida Kahlo)

En la Casa Azul de Coyoacán:
nacida, crucificada, partida.

En el cuarto de la Casa Azul:
sin una pierna, las cenizas.

En el verso de Alberti
¡ay!

en el verso de Alberti:
¡una paloma dormida en la orilla!



ES EL TIEMPO DE ORDENAR LAS COSAS

Es el tiempo de ordenar las cosas
por risas, penas y otras firmes piedras...

Los surcos del Masallé en paralelos,
los billíkenes de la infancia en pilas.

Es el tiempo de revisar los textos
de alvéolos y ocultos archivos.

Fiscalizar su ortografía:
qué porqués llevan acentos,

dónde, de comas y puntos, van los descansos,
¡dónde, de mi hoy retirado tiempo!

Disponer las fotos por sus colores:
las rosas en el Epecuén de los flamencos,

las sepias en los pulmones,
las blancas en los montículos del cementerio.

Es el tiempo de ubicar las acciones bonitas en el haber,
en el debe, las que mi espalda aguante.

 …

Es invierno de 2017,
tiempo simple de ordenar las cosas.



EUCALIPTOS DEL MASALLÉ

Eucaliptos del Masallé
¡viejo zaguán de entrada al campo!

- Donde las amarillas piedritas del sol,
como saltarinas pulguitas de luz,

el aire llenaban
¡picando picando

mis marrones y frotados ojos!,
ojos que a esa mar

con Eduardo Galeano
¡iban, que no podían, yendo…!

- Donde en las corpulentas noches pampeanas
las estrellas y lunas ligericas

a la mancha jugaban, a la escondida,
al Lago amaban y cansadas ya,

entre sus ramas dormían, negras,
¡desnudas desnudas de luz y de plata!.

. . .

Eucaliptos del Masallé:
¡recepcionistas inmóviles gigantes de mil brazos serios verdes,

de la entrada a mi interior en construcción,
de familiares religiosos sábados al campo…!



HABRÁ

Habrá un tiempo para nacer entre otros, otros y otros.
Habrá.

Un tiempo del asombro para aprender cuentas, letras, lugares, historias y juegos.
Verdades y mentiras.

Y, con los veranos, un tiempo caliente para amar y extender la mano.
También, para trabajar cantando, maldiciendo, avanzando. Habrá.

Un tiempo de hijos… y de hijos de hijos...
Y, con los otoños, un tiempo de fríos cercanos para retirarse cantando y quejoso.

Habrá un tiempo en que, queriendo y no queriendo y no queriendo, el aromo nos suelte.
Solos.

Luego,
de memorias y de olvidos.

Entre otros, otros y otros,
habrá...



HAS NACIDO (a Antonio Machado)

Has nacido
Machado,

la tierra castellana
distinta ha brotado.



HE BAJADO AL AVERNO

He bajado al averno, Juanito,
he pactado con mi vejiga el hechizo:

las gotas de este aguacero de julio
no serán más charco y barro en el piso.

Ellas, coreutas migradas del cielo, te harán
canción de lluvia buena. Preciso.



HE IDO TRAS LA NOCHE HELADA

He ido tras la noche helada
en nombre de los que tienen frío,

el cuchillo afilado en la mano,
en la vejiga hinchada el desafío.

Lunes 17 de julio,
¡el asesinato fue en el baldío!

...

Pido hoy, en la suave tarde,
¡nada en el castigo!

¡Qué la ejecución sea como queráis!
¡como queráis el balerío!

mas, ¡qué conste en la primavera
de mi locura y vuestro poderío!



IR POR LA COLÓN

Ir por la Colón hacia el cristo del lago
bajo mis eucaliptos verdes oscuros claros.

Ir, de niñez a hoy, casi entero por la arboleda,
repasando memorias por el hilito de la gris vereda…

Curiosear ritualmente: el barrio al costado,
de cada gemela casa su rojo rojo tejado,

su plazoleta aseada, el sol en invierno vago…
¡Es mitad del camino, entre mi pueblo y el blanco lago!

Y ya en la orilla, a los pies del cristo oxidado,
bifurcarme con el camino crujiente y abandonado…



JUGUÉ

Jugué,
estudié, crecí.

Trabajé y amé,
escribí, me construí.

Bajé y subí,
te ayudé.

Lloré y te lloré,
me doblé, oré,



la muerte,
sencilla,

puso un punto
en oré.



LA LUNA CUELGA

La Luna cuelga
de no sé qué infinita arteria (o vena).

A veces,
cuando el viento en lo alto pasa,

pendula
y me baila una jota vasca de la abuela Ormaechea.

Desde el cuerno hacia el infinito,
Aylan, Camila y Rocío le aplauden,

excitados,
con sus pequeñas castañuelas.



LA LUNA SE AFERRÓ A LA TORRE

La Luna se aferró a la torre,
tu pequeño amor a mis brazos.

Pasó un caminante silbando,
recuerdo el aire y sus pasos.

El limonero bajo la Luna,
pardo como los gatos pardos,

frutos para la Luna amada,
amarillos iba madurando.

. . .

La luna destelló en la torre,
¡tu pequeño amor en mis brazos!



LA NIÑA CHIQUITA (a Camila Lucía Torres)

La niña chiquita
cada vez más chiquita.

La niña chiquita,
un agujerito.

...

Nilataj -el Cielo-
en dos de sus mil corazones un 14 de julio para sí la llevó.

En el corazón del pan,
en el corazón de la memoria por la verdad y la justicia.

...

La niña chiquita,
una estrellita.



LA NOCHE ERA PRIMAVERA

La noche era primavera.
En un ángulo de la rosa

uno, dos,…
pétalos blancos cayeron,

cinco, seis,…
Y la brisa partida por más volvió.

                     …

Bajo la noche que era septiembre
un ¡ay! sumergido,

dos,… cinco, seis,…
sin pétalos,

entre dedos y liquidámbares,
la Luna de los llenos pechos iluminó.



LA TIERRA

La Tierra le trajo el sentido:
achicando la punzada por el vecino muerto,

humedeciendo la sonrisa por el ternero nacido…
Arrodillarse en Ella,

hundir las manos en su profundo útero,
hacer surcos, plantar semillas y creencias,

llenar los dedos de negros terrones,
ver, las lombrices entre sus pliegues perderse

y el agua del tanque en los pies callosos
¡le volvieron al bello Universo!...



La Tierra le trajo el sentido.
Ella… él… le acarició como a un niño el oscuro cabello…



LAS ESTACIONES LE LLEGABAN

Las estaciones le llegaban monótonas:
eran casi olas del Epecuén alcanzando a duras penas la orilla.

Los fríos, las brisas, las flores, las navidades, los rezos,…
se le elevaban al cielo

y se le iban,
se le iban…

dejándole en la cama recién hecha
el útero y los pechos cansados.



El planchado batón al caminar parecía decirle:
- ¡Ve mujer!

Ella:
- No puedo.



ME ARROPO EL FONDO

El jardín me arropó, en ese ocaso del vencido dos mil seis,
cual dos frazadas en invierno.

Allí me senté en uno de esos blancos sillones de plástico -tan fértiles a la sazón-
para pensar cualquier tiempo.

El perro detrás,
el viejo gato, prudentemente alejado, delante,

el colibrí en una rama seca
del mayor de aquellos aromos.

¡Fue un bello ostracismo
entre esos maternos brazos de los, otrora, muy densos árboles!



Entrada la noche, en la mesa de la cena,
mi padre presagiaba su partida.



ME HAS LLEGADO

Me has llegado de lejos mujer
en tu pequeño sombrero de invierno.

Traías delante una finita sombra
de párpados y abrazos inhumados,

música sepia, pedacitos de dientes y besos,
un arroyo, un lago salado.

. . .

He respirado profundo.
Bajo el aromo, me dolió el pulmón izquierdo.



NIEVA EN EL PUEBLO (a mi hermana Mónica)

Nieva en el pueblo.
Por las blancas calles camina una gripe mala.

En el patio,
la escalera,

como ultimada por el temporal,
apoya sobre una pared, acostada.

...

Fue en el 2009.
En Carhué

Yo en esta mesa, escribiendo.
Mi hermana, en la foto, pequeña.



PARA QUE MI CARHUÉ SEA BONITO

Para que mi Carhué sea bonito bonito
afearse debería ¡un enorme cachito!

Ensuciarse la Torre, pelarse el Eucalipto,
borrarse el naranja a mi gordo Gatito.

Arrugar las plumas del flamenco Sulfito.
Vestirse de brujas a las mujeres, invito.

Más: en esta noche por ello solicito
como luna urbana un huesudo aerolito.

¡Sí!, para que Carhué sea bonito bonito,
¡afearse mucho! debería, medito…

Es que mi Carhué, mágico pueblito,
está, chiribín chin chin, ¡demasiado bonito!



RECUERDOS Y OLVIDO (a mi hermana Mónica Bruni)

Recuerdos y olvido:
marejada inmensa del inmenso océano,

que aun apretando el interior
erosiona fuerte,

fortísimo,
aquel apretado interior mío…



SE PARTE A CUALQUIER HORA

Se Parte a cualquier hora
al difícil lugar de la Nada,

por Carhué, por una esquina,
¡oscura o iluminada!…

¡Ay
Masallé mío!:

¡dejad que los caballitos negros
jueguen tras la alambrada!



Quedarse contigo niña
por puntillas de Plaza soleada,

¡puntillas de agüita fresca
de nuestra fuente torneada!.

¡Ay
Masallé mío!:

¡dejad que los caballitos negros
duerman tras la alambrada!



SOLEDADES DEL MASALLÉ

Soledades del Masallé,
ulular del poniente azulado.

¡Caen las ciruelas rojas
en el delantal de mi madre ahuecado!

Soledades del Masallé,
está el silencio quietecito entre el ganado.

¡El trigo dora el negro surco,
el sol, en mi padre cansado!

Soledades del Masallé:
¡botoncitos de un recuerdo acostado!



TE ABRAZO (a Frida Kahlo)

Te abrazo divergido en el tiempo.
Tu dolor lo atravesó

y me atravesó
llegando a cada rama

de mi nudoso cuerpo.
¿Es real?

¡Ay!,
¿es real esta flor de tu pelo en mi verso?



TIERRA DE AMÉRICA ABAJO (a Latinoamérica)

Tierra de América abajo,
del portugués y el español, ¡de América Latina!

Tierra gigante de veinte países,
desde México hasta Chile y Argentina.

Allá el Caribe caliente, acá la Patagonia fría,
¡babor y estribor de miles cumbres andinas!

. . .

Va mi Carhué, mi Epecuén, mi Masallé.
Van vastedades únicas, blancas salinas

y un aljibe de jardín y luna naciente
donde el caldén y el flamenco germinan,

donde mis interiores
¡se educan, trabajan, se inmensan, luchan, caminan!



UN CAJÓN DE MADERA

Un cajón de madera y na’a
con terroncitos del Masallé quiero.

Colibríes de Carhué sin nombres:
¡traedme el querer ahora!

Sal del Epecuén quiero
en ese cajón de madera y na’a.

Colibríes, colibríes sin nombres:
¡traedme el querer ahora!

Y la bandera del 73 y una flor
de aromo en el bolsillo quiero,

¡ay! colibríes sin nombres:
¡en el cajón de madera y na’a!



UNA MANO SOBRE LA CARA

Una mano sobre la cara,
los párpados se me han cerrado,

el gato en la ventana
duerme naranja sentado.

Sobre la casa, la luna,
los versos bajan cansados,

bostezan por los pulmones,
¡el gato sueña sentado!



VAN PENAS DENTRO (a Nosotros, la Patria)

Van penas dentro de cada uno
(en los riñones, en el aliento,

en el pulmón derecho, en el estornudo):
la partida de la persona tan acariciada,

el despido en el pequeño trabajo,
la juventud que se fue y parecía eterna,

la pasión no tocada,
la artrosis que Epecuén no calma...

Van dentro, calladas y calladitas,
como las raíces del aromo con el tiempo...

Van fuera, en el rostro que no puede ser otro,
como el tronco del aromo con el viento...



Dos me agitan con el viento que inclina al tronco:
la pobreza en los niños

y el silencio en los rincones de
"Nosotros, la Patria".



EL AIRE DE LA MAÑANA

El aire de la mañana -que tan bello asistía-,
los granos de la tierra, exultantes,

la tibieza del nido de una paloma -nuevamente equivocada-,
el sabio olivo, sus verdes y aún pequeñas aceitunas,

los vidrios de cien ventanas vestidas para el nuevo día,
el blanco mediterráneo de las viviendas,

el naranjo del menudo patio, el ladrido sobrecargado de su perro,
la mesa con los restos del musakhkhan,

los cuartos (en los que amantes besadores hasta el alba se besaron),
las camas (donde los niños despiertos se durmieron),



tras el misil
se rompieron.



El naranjo, el olivo,
la paloma, el perro.

Los aman
tes.

Los ni
ños.



EN LOS PUEBLOS PEQUEÑOS

En los pequeños pueblos pequeños,
el vecino que ha partido ha bien pasado por nosotros.

En una mirada a veces tan solo,
en pleno tórax, en una abrazo por la calle a veces tan mucho.

Con un nombre y un rostro,
con un rostro sin nombre y el roce de una manga, con un nombre sin rostro, ha bien pasado.



Y como el relámpago de una tormenta de otoño,
una tarde varias infinitas nos atraviesa -desnudos- de un bulevar a otro -desnudos-.



SIN DESNUDARNOS

Sin desnudarnos, ni siquiera los labios,
nos amamos allí idioma tras idioma.

Sin desnudarnos, bajo la luna de Carhué,
cromosoma tras cromosoma.

Sin desnudarnos, no era preciso,
en un nido de palmera y paloma.




PARTIR Y QUEDAR

Partir y quedar
caminando en las calles sin partir un ápice.

Quedar
en infancias y juventudes azules.



Porque se puede
partir y quedar.



Partir
a otras comarcas más azules que aquéllas y

quedar
en cada cerrar de ojos

(por las calles de
Carhué)